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La voz de los cazadores es la savia de la caza social en España, por eso es importante que entre todos expresemos nuestras inquietudes sobre todo lo que nos afecta, de una forma respetuosa y sencilla.

La caza social debe recuperar el protagonismo que le quitaron durante las últimas décadas y que mejor forma de hacerlo que a través de la voz de los cazadores.

Este espacio es un punto de encuentro de todos los cazadores sociales de España, por eso la UNAC te invita a participar en él con tus aportaciones.

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Hace apenas unas semanas se filtraron detalles del borrador de la futura Ley de Montes, suscitando especial polémica una supuesta restricción al paso de viandantes en los Montes Públicos durante la celebración de monterías [1]. Ayer mismo el Ministerio de Cañete desmintió esta información y negó limitación alguna en este sentido [2]. No obstante, algunas de las reacciones ante la posible prohibición transpiran que existe escasa información ciudadana alrededor de lo que son las monterías, concrétamente las que se celebran en Montes Públicos. Por ello, y con ánimo constructivo, se aportan algunos datos y reflexiones con objeto de aclarar en la medida de lo posible el panorama.


1 – En primer lugar, es fundamental resaltar que las monterías solo se llevan a cabo una vez al año en cada “mancha”. Se define por mancha a la superficie de Monte, normalmente entre 200 y 500 hectáreas, en la que se lleva a cabo la batida. Los 364 días restantes no hubiera habido ningún tipo de restricción.


2 - Cualquier gestor o técnico forestal sabe que los montes cumplen una o varias funciones prioritarias (aprovechamiento maderero, aprovechamientos cinegéticos o piscícolas, protección de biodiversidad, turismo, etc.). Aparte de los objetivos que definen la gestión de un monte se encuentran aquellos otros que, aunque secundarios, son compatibles con dicho modelo de gestión. Por ejemplo, la función prioritaria de los Montes de Valsaín, la cual condiciona su modelo de gestión, es la producción maderera. Sin embargo, dichos Montes ofrecen otros usos y funciones compatibles, como la protección ante la erosión, el aprovechamiento cinegético o el senderismo. No obstante, es frecuente que en función del monte y del tipo de aprovechamiento puedan surgir incompatibilidades de carácter circunstancial o de carácter permanente. Por ejemplo, cuando en Valsaín se estén llevando a cabo las cortas de árboles en determinados rodales, tanto el senderismo como la caza serían circunstancialmente incompatibles en dichas zonas; el primero por su peligrosidad, y la segunda por su fracaso asegurado. Existen más ejemplos. En las aéreas de cría del buitre negro del Valle de la Hiruela se restringe el paso durante el periodo reproductivo con objeto de que la cría se exitosa; algo también frecuente con nidos de águilas imperiales y cigüeña negra por toda nuestra geografía [6]. Otro caso típico ocurre cuando existe una repoblación o regenerado de arbolado tras una corta o incendio; entonces el ganado no puede circular por dichas zonas durante años, ya que se comerían los árboles jóvenes y la repoblación sería un fracaso. En algunas repoblaciones o regeneraciones sensibles también se restringe el paso a las personas, como es frecuente en las áreas costeras. Estas incompatibilidades son comunes y se enseñan en la Universidad, no es una cuestión de opinión.


3 – La caza es un aprovechamiento del monte como cualquier otro, por lo tanto, su práctica también está orientada al éxito de la actividad. Aunque el argumento de la seguridad es evidente, debe tenerse en cuenta que para que la montería se realice correctamente es fundamental que no haya trasiego de gente por el monte batido. De lo contrario se puede perjudicar directamente a personas que han puesto ilusión y expectativas en ese día. Debemos saber mirar lo público desde una visión colectiva, e independientemente de que ciertos usos nos gusten o no, la caza mayor es un aprovechamiento del monte legítimo y quienes la practican merecen respeto. Si el trasiego de gente implica riesgo para el éxito de la actividad y la seguridad de las personas, resulta sensato aceptar que debe evitarse dicha situación.


4 – La supuesta restricción al paso hubiera estado orientada a Montes Públicos. Es importante destacar que más de la mitad de la superficie forestal de España es de propiedad privada. Por lo tanto, los defensores de la libertad de tránsito por el monte deberían saber que la distribución de la propiedad de la tierra dentro de nuestras fronteras es, con mucho, el principal limitante para que podamos movernos por las sierras a nuestro antojo. Dicho esto, resulta lamentable que una recogida de firmas en contra de una supuesta restricción circunstancial al paso recoja 90.000 firmas [3], mientras que una petición para que el Gobierno no venda La Almoraima, un monte público de 15.000 hectáreas en el Parque Natural de Los Alcornocales [4], apenas supere las 1.000 firmas [5]. Adivinen quien se va a pasear por La Almoraima cuando sea privada.


5 – Las monterías que se llevan a cabo en Montes Públicos están ligadas en la mayoría de los casos a sociedades de cazadores de pueblo, y suelen ser monterías humildes y sociales. En la caza social no hay negocio, ni vallas, ni éxitos asegurados; sino la ilusión y dedicación de muchas personas en que la batida salga bien. Los cazadores que representan el estereotipo del cazador rico (como su majestad el Rey Don Juan Carlos y su corte de amigos empresarios) no cazan en estos montes. Estos últimos cazan en fincas privadas de 2.000 hectáreas en la Sierra de Andújar o en los Montes de Toledo, en las que el paso siempre estuvo prohibido. La supuesta restricción ni les iba ni les venía.


6 - Es importante aclarar que los cazadores también somos ciudadanos, con dos piernas y dos brazos. De hecho, somos much@s los que además de practicar la caza nos gusta hacer rutas, coger la bici o dar una vuelta a por níscalos. Por lo tanto, generalizaciones como: “Cañete favorece a los cazadores” claman al cielo. A los cazadores Cañete y su Gobierno también nos recorta derechos sociales, también nos privatiza la Sanidad y la Educación, y en última instancia sabemos que el campo les importa tres pares de narices. Pregúntenles a los cazadores en paro como piensan pagarse el coto de caza, licencia, seguro, gasolina y cartuchos el año que viene. En todo caso Cañete favorecerá a los grandes propietarios y a un sector privilegiado de la caza, ¿pero a los cazadores humildes? ¡Ni por asomo!


7 – Es indiscutible que una buena señalización de las monterías debería resultar más que suficiente para evitar que la gente se meta en una mancha que está siendo monteada. Las multas no solucionan lo que no es capaz de prevenir la información, más bien se ceba económicamente con los despistes y errores. Es corriente ver monterías en Montes Públicos que no están señalizadas; en estos casos existe más responsabilidad por la sociedad de cazadores que no ha señalizado que por quién se ha metido en la zona. Ahora bien, no son pocos los casos en los que ha aparecido gente en mitad de una mancha bien señalizada.
La propuesta de una base de datos online de monterías hecha por la asociación RedMontañas no es descabellada [7], pero la información a pie de senda y caminos es más importante; todavía a quienes vamos al campo sin mirar antes internet.


8 – Por último, es cierto que las decisiones en materia de Medio Ambiente de un Ministro como Cañete causan recelo entre los sectores conservacionistas, y no les falta razón. Hablamos de un Gobierno que vendería nuestro campo al mejor postor sin dudarlo, de hecho ya lo hace [8, 9, 10]. También hay quien consideraba que detrás de esa hipotética restricción había una idea maquiavélica de favorecer a los cazadores. En este sentido no es descartable que intenten compensar con migajas y concesiones ridículas su inoperancia ante los verdaderos problemas del campo. En todo caso, los que practicamos la caza ni somos ni deseamos ser los malos de ninguna película, por tanto que cada cual saque sus propias conclusiones.


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[1] http://sociedad.elpais.com/sociedad/2014/01/03/actualidad/1388783376_054319.html


[2] http://www.efeverde.com/blog/noticias/la-ley-de-montes-prohibira-el-paso-de-senderistas-durante-las-monterias/

[3] http://www.change.org/es/peticiones/sr-arias-cañete-ministro-de-alimentación-agricultura-y-medio-ambiente-no-prohiba-a-senderistas-y-ciclistas-la-circulación-por-caminos-públicos?share_id=leUkIIgmck&utm_campaign=share_button_mobile&utm_medium=facebook&utm_source=share_petition


[4] http://www.elmundo.es/andalucia/2014/01/08/52cd3d2522601d1d2f8b457b.html


[5] http://www.change.org/es/peticiones/ministerio-de-medio-ambiente-no-a-la-venta-de-la-finca-la-almoraima


[6] http://lospiesenlatierra.laverdad.es/blog/2515-escalando-entre-rapaces


[7] https://www.change.org/es/peticiones/sr-ministro-de-agricultura-alimentación-y-medio-ambiente-obligue-a-la-federación-de-caza-a-mantener-una-web-informativa-de-batidas-y-monterías-y-defienda-así-los-derechos-de-los-no-cazadores


[8] http://www.energias-renovables.com/articulo/el-gobierno-aniquila-decreto-a-decreto-al-20130204/


[9] http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/04/08/actualidad/1365453412_051354.html


[10] http://www.elmundo.es/elmundo/2012/04/03/natura/1333465693.html

FUENTE: CAZA CRITICA

Juan Miguel Sánchez Roig Presidente de la Asociación Canaria de Entidades de Caza (ACEC) Coordinador de la Unión Nacional de Asociaciones de Caza (UNAC)
Durante el pasado mes de octubre se celebró el “Taller sobre invasiones biológicas en Canarias y normativa de aplicación”. Promovido por la Dirección General de Protección de la Naturaleza del Gobierno de Canarias con el fin de plantear, analizar, debatir, reflexionar, tomar acuerdos, etc., sobre el tema de las invasiones biológicas que afectan a la biodiversidad y al medio natural canario. Recordemos las competencias de la administración para con estos asuntos, al margen de la caza. Los cazadores no fuimos invitados, con lo cual se ha creado alrededor de estas jornadas ciertos comentarios en el mundo cinegético canario, en mi humilde opinión, fuera de contexto bajo una perspectiva positiva. Resaltar la asistencia de dos cabildos de los siete existentes: La Palma y Tenerife, pues ellos son los obligados a gestionar las especies silvestres y defender los intereses de los paganinis como cazadores y ciudadanos.

En base a las conclusiones de las jornadas, el tercer taller se ocupó de la problemática del “conejo en los ecosistemas naturales de Canarias”. Al parecer, el más interesante y que nos afecta por las intenciones desprendidas respecto a nuestro emblemático conejo. De los asistentes, algunos no piensan como nosotros los cazadores pero en libertad pueden dar sus opiniones, con respeto como cualquier mortal. Gracias a Dios, ellos no están solos en el mundo para imponer sus ideas.

Este tercer taller se centró en tres puntos básicos: análisis del estado del conocimiento y líneas de investigación de interés; el conejo en los espacios naturales protegidos y criterios de gestión.

Respecto a la gestión del conejo para preservar la flora nativa destacan las siguientes conclusiones:

• No destinar fondos públicos al fomento de las poblaciones de conejos.

• Reducir las poblaciones de conejos hasta tamaños y densidades que
no hagan daños a diversos sectores como la agricultura y a las plantas amenazadas, mediante los diversos documentos de planificación de especies cinegéticas, amenazadas, de espacios protegidos etc...

• Promover medidas de control efectivas para evitar la traslocación de
conejos entre las islas.

• Proponer su erradicación en las islas de Alegranza y Lobos y, en el
caso de que haya sido reintroducido, en Montana Clara.

Entremos en el meollo. Los cabildos, a excepción de pequeñas cantidades en Gran Canaria y Fuerteventura con escasa repercusión de las actuaciones, no gastan un euro en conejos, y esperanza de revertir la situación tampoco se espera. De hecho, soy de los que piensa que lo mejor para recuperar las poblaciones es dejar tranquila la especie. Cuanto más conejos de granjas y criaderos se sueltan menos hay, como consecuencia del movimiento de enfermedades (aún vacunando), parásitos, muerte por estrés, falta de adaptación, predación, accidentes, competencia intraespecífica; y cuando llega la temporada de caza, sobrepresión en aquellos lugares de liberación de conejos de granjas y criaderos. El secreto está en la vigilancia, control de predadores, mejora de hábitat y adaptación de los periodos de caza a ciclos biológicos y densidades. Es decir, gestionar y como último remedio repoblar con conejos de granja o criaderos, pero solo si no es posible la realización de traslocaciones. Otra cosa diferente es que un número de conejos provoquen problemas en un lugar, entonces una solución puede ser la traslocación.

Otro asunto es el control de las poblaciones hasta tamaños que no produzcan daños a los diferentes sectores y plantas nativas. Aquí está el primer paradigma, si se pueden invertir recursos económicos porque no es para fomento, pero las administraciones no tienen dinero. Todo esto se financiaría mediante un proyecto Life europeo que se lo tragarían los estudios científicos. Las empresas son carísimas para coger conejos en los innumerables espacios protegidos. Los agricultores, ganaderos o campos de golf entre otros, no van a capturar los conejos molestos porque es una pérdida de tiempo y dinero, se exige cualificación siendo la mínima la de los cazadores por nuestra licencia de caza y además su aprensión no es fácil. La mejor fórmula para mantener a raya las poblaciones del rabicorto es la caza legal o los cazadores.

Por otra parte, se plantea un control del conejo realizado mediante los instrumentos de planificación ya sean cinegéticos o de otra índole. Es decir, podríamos contar de una vez por todas con documentos de planificación en materia cinegética, esos que no hay manera que redacten y cumplan los cabildos, o al menos, alguien tiene la esperanza como nosotros. Además, en las zonas de exclusión de las áreas protegidas, podríamos entrar a cazar legalmente (controlar) o traslocar esos animales donde no molesten ¿o los van a sacrificar?

Una de las conclusiones realmente buena, es la de evitar el movimiento de conejos entre islas. Con ello, algún brote de las enfermedades evitaríamos y de paso, se realizarían controles en los ferrys sobre aquellos furtivos que se mueven entre islas con ánimo de esquilmar áreas completas.

En relación al apartado de la investigación aplicada sobre el conejo, sobresalen los siguientes puntos de las conclusiones finales:

• Censos, abundancias, modelos de distribución, biología reproductiva, seguimiento de tendencias poblacionales. Vectores de transmisión y afección, y prevalencias de la enfermedad hemorrágica vírica y la mixomatosis.

• Valoración económica de la actividad cinegética.

Por fin sabremos los conejos poseídos para practicar una caza sostenible y solicitar órdenes de veda adecuadas a la realidad. Después de años pidiendo a gritos censos para saber el estado de conservación del lagomorfo, lo podríamos conseguir por una vía diferente a la cacería. De la misma forma sabríamos donde se reproducen más o menos, las tendencias al alta o baja, si paren como media 2, 3 o más gazapos y cuantas veces al año. Y lo mejor de todo, el estudio de las dos principales enfermedades que afectan al conejo. ¡Ojo! Sin pasar por el cabildo de turno.

La valoración económica de la actividad cinegética, ya debería estar hecha, supondría conocer el peso específico de la caza en el producto interior bruto canario. Serviría como respaldo para las demandas de los cazadores ante los politiquillos de turno y como revulsivo para aquellos ecologistas con trasfondos animalistas que nos atacan. Ahora bien, seamos sensatos, que alrededor del mundo de la caza se mueva mucho dinero no puede ser nuestra bandera ni condenar los valores naturales por ello. De la misma manera, defendamos la caza social y no hagamos bandera de los gastos que nos supone, no vaya a ser nos expriman más por nada, como ahora.

Como resumen final, la memoria planteada está muy verde todavía como para tenerla presente. Simplemente, estemos al tanto de la posible legislación futura a desarrollar. En el caso de llevarse a cabo, somos parte de la solución y no del problema. Controlar a los conejos en las zonas de exclusión de los espacios naturales protegidos, donde en teoría ya no se puede cazar, no nos supone ningún esfuerzo. La colaboración con los agricultores u otros sectores para reducirles daños es lo comúnmente realizado por nuestro colectivo. En los islotes que no cazamos, es posible la captura de la totalidad de los conejos, pero hay que estar pendientes del destino final de tan magnífico plantel reproductor. En teoría, con una insuperable genética y defensa ante las enfermedades. En ese sentido, la ACEC ya ha pedido, se dirijan a las islas mayores cercanas, para su liberación inmediata y con la participación de los cazadores. En definitiva, podemos ayudar a conservar la flora nativa y endémica no existente en otra parte del mundo, y sacar beneficio y reconocimiento de ello.

Si se diera el caso, aprovechemos la situación sin dejarnos engañar por titulares periodísticos deportivos de aquellos vividores de la caza y los cazadores. Y me pregunto ¿cómo nos pueden manejar de esa forma? Por cierto, la UICN es la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y habla también de la caza como un elemento de conservación de los ecosistemas y especies.

España es una tierra tan vinculada a los conejos que su propio nombre significa Tierra o Costa de Conejos. Los conejos están tan ligados a nuestro patrimonio natural cinegético y cultural canario, que sólo pensar en su erradicación y difundirlo es totalmente demencial.

MEMORIA DEL TALLER

Los antecedentes no engañan. Las licencias de caza, según los datos históricos facilitados por la Generalitat Valenciana, han disminuido de forma progresiva en 22 años en un 57,86%.


El descenso continuo de licencias de caza se traduce en un descenso en el número de cazadores acusado y continuado, algo que nos debería hacer reflexionar a todos. ¿En qué se ha fracasado, o qué se ha hecho mal o se está haciendo mal, para que se haya producido esa disminución progresiva de cazadores? ¿Por qué ha sucedido esto?

LICENCIAS DE CAZA EXPEDIDAS EN LA COMUNIDAD VALENCIANA

Año 1.990: Total (113.999) Alicante (37.228) Castellón (17.024) Valencia (59.747)
Año 1.995: Total (108.897) Alicante (30.963) Castellón (26.878) Valencia (50.582)
Año 2.000: Total ( 81.892) Alicante (21.530) Castellón (24.499) Valencia (35.863)
Año 2.005: Total ( 70.412) Alicante (18.101) Castellón (21.919) Valencia (30.392)
Año 2.010: Total ( 61.516) Alicante (15.239) Castellón (19.001) Valencia (27.278)
Año 2.012: Total ( 48.037) Alicante (12.201) Castellón (16.646) Valencia (19.190)

Desde hace muchos años la sociedad ha dado la espalda a la caza. La ha condenado a su desaparición. La nueva conciencia urbanista que mira hacia lo ecológico y medioambiental, se ha ocupado de destruir poco a poco al mundo de la caza, y lo que es más grave, se ha asegurado de que no tenga relevo generacional. Que los niños vean a la caza como algo malo… y de esa forma la caza tienda a extinguirse junto con los cazadores.

Pero algo habrá que hacer para evitar que los cazadores se extingan, si se quiere que especies como el jabalí, el corzo, etc. no incrementen su población hasta el límite de no poder circular por las carreteras sin tener un accidente y siniestro provocado por su elevado número, lo que incrementaría las pólizas de los seguros; si se quiere que un animal como el conejo, el jabalí o el arruí esté controlado y su población no se incremente en demasía causando elevados daños a las cosechas, y elevados costes en las pólizas de los seguros agrarios; si se quiere que las poblaciones de lobos, zorros, etc., al no tener enemigos naturales, no aumenten en exceso y acaben con la cabaña ganadera y granjera, lo que comportaría un aumento de los seguros ganaderos; si se quiere que las bandadas de aves como estorninos, gorriones, etc. no sean tan grandes que produzcan daños en las zonas urbanas y agrícolas donde se asienten; etc.

Tal vez se debería de facilitar más y mejor el acceso a la caza; hablar más y mejor de la caza en las escuelas y medios de comunicación generalistas; quitar burocracia y trámites que durante décadas no han dado los resultados esperados, y que no han llevado a mejorar en nada lo que pretendían mejorar; apoyar y ayudar más y mejor al mundo de la caza y al cazador; proteger las especies silvestres cazables del riesgo químico; cambiar las leyes para no exigir tanta obligación y responsabilidad al cazador, y darle más unión; invertir lo que se recauda del mundo de la caza para su mantenimiento; o tal vez se debería impulsar una conjunción de todos ellos, junto con otros más.

Si no se hace nada para evitar que los aficionados dejen la caza, y si sigue disminuyendo al mismo ritmo como hasta ahora, en veinte años más habremos acabado con los cazadores. La extinción de los cazadores supondrá un gasto inasumible e insostenible por la sociedad en general, pues esa labor del equilibrio poblacional de las especies silvestres (para evitar daños a las personas) recaerá sobre los bolsillos de los propios ciudadanos, algo que ahora realizan los cazadores con su dinero, pagando por dichas especies y además pagando por poder hacerlo.


Víctor Rafael Mascarell Mascarell
Presidente de la Asociación de Entidades de Caza de la Comunidad Valenciana (ADECACOVA) y miembro de la Junta Directiva de la Unión Nacional de Asociaciones de Caza (UNAC)

Esta pregunta es muy común entre los propietarios de perros. Nos acordamos de cuanta importancia tiene para la vida del perro en general y para el mejor entendimiento con nuestros perros de caza durante el ejercicio de la misma.
Nuestros perros necesitan poder realizar aprendizajes que les permitan adquirir conocimiento y capacidad resolutiva, para que un perro aprenda de verdad a atender no basta con darle de comer, limpiarles la cheniles (caso de estar en instalaciones) sacarlo a pasear etc.

Se trata de que para muchos comportamientos necesarios en el trabajo de campo se les impide aprender sobre lo básico porque prácticamente se les suelta y a cazar o mejor dicho para alguno a perseguir a mi perro haber si tengo suerte se encuentra una pieza la muestra y llego para disparar. Si así más menos ya nos va bien pensamos que tenemos un buen perro de caza, si por el contrario tenemos problemas en como poder llegar y resolver el punto con o sin muestra previa del perro entonces se suele pensar en que son perros muy fuertes, que van a la suya, que no se enteran de las reglas del juego y un largo etc.

Vemos pues que al final se resume en que no se le ha permitido adquirir ese simple pero obligado aprendizaje de acudir a la llamada de su propietario/cazador.
Os describo tan solo tres típicas.

Son típicas las expresiones por parte del colectivo de cazadores entre otras:

-Sácalo antes que se desfogue corriendo en otra parte del cazadero así luego (cansado) teóricamente… me caza a la mano.
-Dale un par de buenos correazos y ya verás como así atiende y se lo piensa antes de hacérmela de nuevo.
-Ponle el collar eléctrico a tope y métele chispazo que se entere….

La primera opción la menos mala, la segunda y tercera inaceptables. Son pocos los casos, porque cada vez más se tiene conciencia de tratar y manejar a nuestros perros de manera afectuosa y disciplinada (disciplina no significa Castigar) pero todavía se dan entre una minoría del mundo del perro.

Ninguna de estas tres opciones son validas además por varios motivos, menciono uno en referencia a la 2ª y 3ª la más importante para mi… La confianza.

Si queremos que mi perro acuda a la llamada siempre y a la primera deberemos darle una mínima formación y facilitarle este aprendizaje. Es tan simple como esto evidentemente quien castiga al perro para que acuda a la llamada será motivado por diferentes aspectos que solo el que lo aplica lo sabe, pero que no es el camino correcto (hay otros modos y métodos no dolorosos).

La utilización correcta del Collar electrónico o de impulsos (a partir de ahora RCE radio collar educativo) nada tiene que ver con castigar para que aprendan a hacer algo. Con un RCE se premia la conducta de nuestro perro sin causarle dolor ni daño físico o psicológico de eso se trata.
A mis alumnos les enseño a su correcta utilización siempre premiando la conducta del perro y nunca castigando a su perro nunca.

Por todo ello si se utiliza correctamente el equipo además de conseguir una llamada firme (que acuda siempre y a la primera) mantenemos las ganas de hacer de nuestro perro y su confianza en nosotros su bienestar emocional y físico no se ve trastocado . Trabajar para que esta confianza aumente y se mantenga esto es hacer equipo de verdad y no lo contrario.

¿Por qué mi perro no atiende?. Vemos pues que para aprender a hacer algo primero se debe querer enseñar para que se aprenda a hacer algo. Esta tarea y labor para algunos muy innecesaria en realidad es la más necesaria para nuestros perros en su vida. Debemos procurarles esa posibilidad de aprender y además del modo más respetuoso y educado de parte de nosotros seamos particulares, aficionados o profesionales del sector en educación y formación del perro.

José Antonio Pineda Martínez.
Director en Adiestraperroscaza.
Máster en Psicodiagnostico e Intervención Clínica y Educativa Canina.
Especialista en comportamiento canino.
Adiestrador profesional.
Titulación oficial R.S.C.C. Diplomado por Generalitat de Cataluña.
Avalado por el Instituto Maslow Cattell para la formación de Postgraduados.
Colaborador en Unac.

E-mail:[email protected]
https://www.facebook.com/Adiestraperroscaza

En los años 50 se reintrodujo el ciervo en Navarra en una zonas muy favorables para ello como el Macizo de Quinto Real y la Selva de Irati. Su gestión corrió a cargo del antiguo ICONA. Procedentes de Quintos de Mora (Toledo), el ensayo probó el enorme potencial del cervus elafus ibericus en ambientes más favorables que los Montes de Toledo de procedencia. Una densidad racional, semejante a la europea, contribuyó a estos sorprendentes resultados.
El éxito de ello radicó en una reintroducción en un hábitat excepcional para su desarrollo, un excelente conocimiento técnico de la especie, y una caza selectiva muy estricta que tuvo como resultado la obtención de los mejores trofeos del estado español, viniendo a cazarlos cazadores de todo el mundo.

Una vez que la Comunidad Foral de Navarra asumió las competencias autonómicas en materia de caza, el ICONA dejó de ejercer sus competencias, pasando a depender la gestión cinegética a la Diputación de la Comunidad Foral de Navarra, el cual se ha llevado a cabo a través del Servicio de Caza y Pesca por el equipo técnico formado por Enrique Castién e Isabel Leranoz.

Estos, en vez de haber continuado con la línea seguida hasta entonces que tan buenos resultados se habían obtenido, a nuestro entender, de forma errónea optaron por la prohibición de su caza, por lo que la población de ciervos, ausente de gestión y manejo, aumentó de forma descontrolada, en perjuicio de la calidad de sus ejemplares, a la vez que comenzaron a aparecer los primeros daños a cultivos y plantaciones forestales y las primeras colisiones de animales con vehículos en las carreteras, desarrollándose sus poblaciones por todas las zonas aledañas y dado que no se continuó con la caza selectiva que tan buenos resultados había dado hasta entonces, degenerándose la especie.

Esta sobrepoblación también a ocasionado a los bosques de estas zonas unos importantes daños que llegaron a afectar a gran parte de los nuevos brotes de las hayas, lo que dio lugar a que en la cuenta del Iratí se tuvieron que autorizar de forma precipitada la caza de 300 ejemplares en 3 años, con las quejas de todo el colectivo cazador que no podían comprender las prohibiciones anteriores y este tipo de autorizaciones tan bruscas, que no tienen otro origen y motivo que una falta de gestión de la especie, y una actuación improvisada a salto de mata conforme esta especie iba produciendo daños.

Una vez parado el golpe, en vez de aprender, y retomar el rumbo perdido, el citado equipo volvió a caer en el mismo error, reincidiendo en la limitación de su caza y en diseñar lo que según ellos sería la única zona en la que se toleraría la presencia de ciervos en Navarra, lo cual ha dado lugar a otra gran expansión de la especie, la cual cada vez va colonizando cada vez mas extensión de su territorio original, hasta el extremo de que al día de hoy se han extendido por el occidente hasta Baztán, La Ulzama, Basaburúa, llegando hasta el límite de la Autovía del norte. Por el oriente han llegado y traspasado los valles de Salazar y Roncal, y por el sur hasta las cercanías de Pamplona, Valle de Egües, empezándose a ver por los Urraules.

Sin embargo, en vez de gestionar correctamente las poblaciones actuales, actuando principalmente sobre machos selectivos y hembras jóvenes con el fin de mejorar la calidad de los trofeos a la vez que mantener equilibrada la razón de sexos, constatamos que lo que ahora se pretende es intentar confinar a la especie en un área reducida, intentando evitar que lleguen a colonizar zonas de la Comunidad foral, como es la parte prepirenaica occidental de Navarra, potencialmente muy valiosas y en las que además apenas hay riesgos de daños a cultivos ni accidentes de carretera al ser zonas muy despobladas. En base a ello, la política actual es intentar eliminar el mayor número de ejemplares en las zonas de expansión, por lo que llevamos varios años en los que se están concediendo en ellas un gran número de precintos, incluso en lugares donde se estaban empezando a verse ejemplares donde antes no los había.

Con esta política se está negando a las sociedades de cazadores y Ayuntamientos la posibilidad de contar en su territorio de caza con una especie de caza mayor de alto valor cinegético, viendo en esta medida un intento del Departamento de que en vez de realizar una correcta gestión, se opta por una política de eliminación para quitarse lo que intuyen puede ser un problema en cuanto a daños y accidentes de tráfico.

Desde esta Asociación defendemos que la gestión del ciervo en Navarra se debe llevar a cabo de una forma integral para todo el territorio donde está asentado y el favorecer hacia las zonas idóneas hacia donde se expande, coordinándose los aprovechamientos de todos los cotos en su conjunto, no acotado por acotado, realizando unos aprovechamientos que tengan como fin un correcto desarrollo de la especie tanto en las zonas centrales como las de expansión, no como ahora que en estas ultimas mas que gestionarlos parece que lo que pretende es erradicarlos.

Por ello, desde Adecana, como asociación de cazadores conservacionistas que somos hacemos un llamamiento a la responsabilidad de las sociedades de cazadores para que vean estas autorizaciones como el límite superior de lo que pueden aprovechar, llevando a cabo sus aprovechamientos de forma racional y sostenible, ya que son los primeros interesados en ello.

 

Unión Nacional de Asociaciones de Caza (UNAC) [email protected]

Inscrita en el Registro Nacional de Asociaciones con el número: 586707

Código de Identificación Fiscal (C.I.F.): G-97716351

Dirección de correos: Apartado Postal 140 AP, 41940 Tomares (Sevilla).

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