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La voz de los cazadores es la savia de la caza social en España, por eso es importante que entre todos expresemos nuestras inquietudes sobre todo lo que nos afecta, de una forma respetuosa y sencilla.

La caza social debe recuperar el protagonismo que le quitaron durante las últimas décadas y que mejor forma de hacerlo que a través de la voz de los cazadores.

Este espacio es un punto de encuentro de todos los cazadores sociales de España, por eso la UNAC te invita a participar en él con tus aportaciones.

Puedes enviarnos artículos de opinión, formativos, etc… al correo [email protected]

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EL AUMENTO DE ALGUNOS PREDADORES POR LA ACCIÓN DEL HOMBRE DESEQUILIBRA EL DESARROLLO DE LAS AVES DE LA ESTEPA CEREALISTA Tal como dispone la normativa aplicable los gestores del Medio Ambiente son los encargados de la protección, conservación, mejora y gestión de la fauna silvestre y de los hábitats naturales relacionados con ella, debiéndose de encargar de la ordenación y gestión de los posibles aprovechamientos de la fauna silvestre en armonía con los objetivos anteriores.


Como consecuencia de ello, su obligación es encargarse de la elaboración de los planes de conservación de los recursos genéticos procedentes de la fauna silvestre, con vistas a posibilitar una futura adaptación de las especies y poblaciones amenazadas frente a las condiciones ambientales cambiantes, incluyendo plagas, enfermedades, cambios climáticos o contaminación ambiental, debiendo velar por el mantenimiento de la biodiversidad mediante medidas para la conservación de la fauna silvestre y de sus hábitats naturales lo cual no solo comprende las acciones positivas encaminadas a su potenciación, sino aquellas destinadas a la prevención y eliminación de las conductas y actividades que supongan una amenaza para su existencia, conservación o recuperación, y una de ellas muy importante es controlar el aumento de los predadores que están amenazando el desarrollo de las aves de la estepa cerealista.

ESPECIES PRESA Y PREDADORAS.

En la estepa cerealista existen las especies “presa”, como es el caso de la perdiz, y las especies ”predadoras”, que se alimentan de las primeras, pero entre ellas debe existir un equilibrio, ya que si no las primeras acaban con las segundas. Rapaces, zorros, ginetas, garduñas y resto de predadores han existido desde siempre, pero sus poblaciones se autorregulaban criando más o menos dependiendo de la alimentación de que disponían.

Esta es la teoría, porque la realidad deja mucho de desear, ya que actualmente las aves de la estepa cerealista, como si no tuvieran bastante con el tener que luchar contra la degradación del hábitat ocasionada por la agricultura moderna, ahora tiene que pechar con otro gran problema ocasionado por la actividad humana al llenar la naturaleza de vertederos y basura donde diversas especies de predadores habituales y otros oportunistas obtienen cuanto alimento necesitan, ocasionando con ello un aumento de sus poblaciones y a su vez una mayor predación sobre las presas.

El problema que hay ahora es que algunos de estos predadores, los llamados “oportunistas”, que se alimentan de muchas cosas, como los zorros, córvidos, ratas, algunas rapaces como los milanos, ahora se le suman “nuevos predadores” como las cigüeñas, las garcetas, gaviotas, etc, gracias a los basureros y desechos que dejamos los humanos, tienen acceso a una mayor y nueva disponibilidad de alimentación que antes no tenían, ocasionando que críen más que antes, dándose el caso que algunas que eran migratorias al disponer de alimento todo el año y por el cambio climático viven aquí todo el año, ocasionando a su vez una mayor sobrepredación sobre el resto de aves de la estepa cerealista, agravando más si cabe el problema.

Algo parecido también ocurre con otro gran predador de nidos, como es el caso de los jabalíes, que por otras actuaciones humanas relacionadas con la modernización de la agricultura han ocasionado la implantación de grandes extensiones de cultivos de regadíos intensivos, ha ocasionado que gracias a un gran aumento de su disponibilidad de alimento sus hembras llegan a quedarse preñadas dos veces al año, aumentando espectacularmente en la ribera, agravando todavía más el problema de la predación de las aves esteparias.

Lo mismo está ocurriendo por ejemplo con los buitres, la cual si bien es una especie muy necesaria para la limpieza de carroña en los campos, autorregula sus poblaciones de acuerdo a la disponibilidad de carroña, pero al sobrealimentarla en los muladares se está provocando artificialmente que críen más, pero como tienen que comer todos los días está ocasionando un cambio de su comportamiento necrófago en predador al atacar al ganado sobre todo en épocas de paridera, con el lógico enfado y quejas de los ganaderos. Si a ello sumamos que el exceso de sus poblaciones está ocasionando la ocupación de espacios en los roquedos de cría del resto de rapaces, algunas de ellas en peligro de extinción como el quebrantahuesos o el águila perdicera, vemos que su gestión es claramente mejorable ya que solo con disminuirles la sobrealimentación se autorregularan sus poblaciones al adecuarlas a la disponibilidad de alimentación. En la naturaleza deben de tener cabida todas las especies, pero en su justa medida.

EL POZO DE LA PREDACION

Este desequilibrio al que estamos llegando en la estepa cerealista, y es la administración medioambiental la que tiene que poner los medios para remediarlo regulando el exceso de las poblaciones de depredadores y el origen que lo causa, es lo que los técnicos llaman el “Pozo de la Predación”, que es lo que ocurre cuando los depredadores atrapan más presas de lo que estas son capaces de reproducirse. Se trata de algo tan sencillo y a la vez tan difícil de conseguir una relación correcta depredador-presa.

¿Cuál es la solución?Es un tema delicado y que plantea interrogantes, ya que si bien con especies cinegéticas, como el zorro, los córvidos o los jabalíes se están realizando acciones tendentes a su control, el problema es “Que tiene que hacer la Administracion cuando se trata de regular el exceso de especies protegidas que por la intervención humana su evolución no ha sido natural” La respuesta sin duda está en los dos primeros párrafos de este artículo, ya que esta es una gestión que le corresponde a la Administracion, y a ella le corresponde el resolverlo.

Miguel Iñigo Noain Otra temporada de caza se ha terminado, nos esperan unos meses de inactividad venatoria, salvo algunos recechos en primavera, pero eso no debe suponer que nos descuidemos y olvidemos de nuestra afición, son muchas las actividades, que también son parte de la caza y que debemos mantener durante este tiempo de espera, para poder disfrutar de la próxima temporada.


ACTUACIONES EN EL COTO DE CAZA:

Cada nueva temporada comienza en el mismo momento en que acaba la anterior, que nos ha dejado muchas experiencias. Hay muchos trabajos que debemos realizar mientras esperamos la nueva temporada y para los buenos cazadores, no hay nada tan agradable como pasar un día en el coto. Todas las labores que hagamos, debemos hacerlas respetando las normas legales y deberán estar terminadas antes del mes de julio, para que los animales se acostumbren a los cambios realizados y no los extrañen al comenzar la nueva temporada.

En las actuales circunstancias, cumpliremos todas las normas de seguridad y prevención, relacionadas con la pandemia que estamos sufriendo. Utilizaremos los medios de protección personal, mascarillas, gel hidroalcohólico e higiene. Mantendremos las distancias de seguridad con nuestros compañeros y evitaremos las reuniones, almuerzos, etc.

Me dan mucha envidia los cazadores de algunos países europeos, la administración les controla, pero es menos intervencionista que la nuestra, que quiere controlarlo todo desde un despacho. Los cazadores se sienten responsables y viven su coto de caza durante todo el año realizando labores de control y mejora, como he dicho antes: ¡Que envidia me dan!

SEÑALIZACIÓN DEL COTO: Revisaremos todas las señales o tablillas que marcan los límites del coto y las zonas de reserva, comprobando que no falten y estén en buenas condiciones.

CENSOS: Siempre que sea posible participaremos en los censos y conteos, tanto de caza mayor como de menor, así como de la fauna no cinegética. Es una buena manera de conocer mejor nuestro coto y disfrutar de él.

PUESTOS DE CAZA MAYOR: Analizar las experiencias de la temporada recién terminada, marcar, cambiar o mejorar los puestos y limpiar los tiraderos. Hay puestos que basta con desplazarlos unos metros para que sean más eficaces y seguros.

La seguridad debe ser primordial a la hora de colocar los puestos. Si se puede, aprovecharemos los accidentes del terreno para que queden desenfilados y separados entre ellos, marcaremos los ángulos de seguridad. Cuando estén alineados, los colocaremos de forma que todos los disparos se realicen con el animal pasado, nunca hacia la dirección que trae la batida y respetando un ángulo de seguridad de 30º con nuestros compañeros.
En cuanto a las palomeras, revisaremos su seguridad y limpieza.

SENDAS Y VEREDAS: Con el paso del tiempo, la vegetación va cerrando las sendas y veredas de los montes, debemos limpiarlas y mantenerlas transitables, con ello facilitaremos nuestros desplazamientos dentro del coto.

FUENTES Y BAÑAS: Es importante mantener las fuentes limpias. Para la fauna cinegética, tanto mayor como menor, aparte de la comida, es muy importante disponer de agua y bañas en buenas condiciones.

MANTENIMIENTO FÍSICO:
La caza es una actividad que, a veces, exige un esfuerzo físico de moderado a intenso y de larga duración. Es muy importante para todas las personas, pero especialmente para los cazadores, mantenernos en buena forma física todo el año, evitando el sedentarismo, caminar todos los días 45 o 60 minutos con paso rápido es un buen hábito, subir andando las escaleras de dos o tres pisos o practicar habitualmente algún deporte también es saludable. Teniendo en cuenta que la edad media de los cazadores es superior a los 40 o 45 años, es muy importante tener un control médico de nuestro estado de salud.

Debemos mantener una dieta equilibrada y sana todo el año. Está demostrado que tener unos buenos hábitos alimenticios, colabora en gran manera a nuestra salud. La práctica cinegética no debe ser una excusa para saltarse la dieta o medicación que tengamos.

ARMAS:

Debemos aprovechar estos meses para una profunda limpieza, revisión y en su caso reparación de nuestras armas. Si no nos vemos capaces de hacerlo nosotros, las llevaremos a un armero profesional para que lo haga.

Si vamos a cambiar de arma, de sistema de puntería o de munición, este es el momento de hacerlo, para tener tiempo de probar los cambios antes de que llegue la nueva temporada.

Dedicamos mucho tiempo a hablar, incluso a discutir, sobre la eficacia de armas, cartuchos, perros, etc. pero dedicamos muy poco tiempo a entrenarnos en el tiro. Debemos aprovechar esta época para, dentro de lo posible, acudir periódicamente a algún campo o galería de tiro y practicar, yo lo llamo “el factor humano”.

FORMACION:

Siempre es bueno leer a los buenos autores cinegéticos, es muy fácil y habitual caer en la tentación de creer que con los años que llevamos cazando y la experiencia que tenemos, lo sabemos todo, somos los mejores, no necesitamos aprender, tenemos los mejores perros, etc. esto supone un grave error, siempre se puede y se debe aprender y mejorar.

Tenemos que ser humildes, siempre habrá personas con más experiencia, más conocimiento o mejores ideas que nosotros.

En ADECANA, siempre hemos tenido como uno de nuestros objetivos favorecer la formación del cazador en todo tipo de temas cinegéticos y medioambientales. Actualmente, debido a esta pandemia que nos afecta, nos hemos visto obligados a suspender las jornadas de “Caza y naturaleza” que, anualmente, hemos organizado durante 21 años, pero queremos recordaros que sigue abierta y permanentemente actualizada nuestra página WEB:www.adecana.com.

La caza, actividad ancestral que proviene desde la prehistoria donde fue la principal fuente de sustentos de nuestros antepasados, hoy en día es mucho más que un ocio que practican los cazadores, es un instrumento muy necesario para controlar las poblaciones animales, minimizar los daños que ocasionan y mejorar el hábitat natural donde se practica.

Frente a los ataques del animalismo decir que en España el colectivo de cazadores lo formamos más de 750.000 personas, frente a los contados animalistas que están en contra de la caza bien hecha. No hay más que comparar los miles de cazadores que acuden a las manifestaciones a favor de ella y cuantos acuden en su contra. La caza es mucho más práctica y necesaria para la sociedad que la errónea pretensión de humanizar a los animales, sirviendo como ejemplo lo siguiente:

En gran parte de España la caza es una actividad eminentemente social. Donde existen muchos cotos públicos cuyos titulares son los ayuntamientos, los cuales ceden su aprovechamiento a las sociedades locales donde cazan practicantes de todo tipo de edad y extracción social.

Es uno de los motores económicos de muchos pueblos de España donde para muchos ayuntamientos la caza es el mayor sustento económico para sus arcas municipales, ya sea mediante adjudicación directa a las sociedades locales o por subasta.

No solo es una actividad de ocio y búsqueda de alimento para las familias de los cazadores, sino que es un actividad totalmente necesaria para una correcta gestión del Medio Ambiente, ya sea para la mejora de los hábitats y de las especies protegidas, como para controlar los excedentes de las poblaciones de especies que ocasionan cuantiosos daños en la agricultura, como por ejemplo los conejos, los jabalíes, ciervos y corzos, los patos en los arrozales de la ribera, o las palomas torcaces.

Los cazadores no solo colaboramos para eliminar daños a la agricultura, sino que regulamos los excesos de poblaciones de jabalíes, corzos y ciervos, que ocasionan aquí cada año en España más de 15.000 accidentes por atropellos con cuantiosos daños materiales y en algunos casos personales, incluso muertes. En España se calcula que hay una población aproximada de cerca de un millón de jabalíes, extrayéndose cada año de media un 40 %, por lo que el 60% de ellos al criar siguen acumulando ejemplares al medio, y con ello acrecentando los problemas que causan. Por ello, qué pasaría si dejáramos de cazar? Una autentica debacle, ya que aumentarían exponencialmente hasta límites insospechados.

Somos el aliado necesario de las administraciones para contribuir a la lucha contra las enfermedades infectocontagiosas compartidas entre los humanos y la fauna, ocasionando algunas de ellas el contagio a ganado y en algunos casos a las personas. Ejemplos de ello son las ocasionadas por la fiebre Crimea-Congo, las desagradables y graves consecuencias de la Enfermedad de Lyme, entre otras afecciones que contagian las garrapatas, la Tuberculosis que afecta al ganado vacuno, o la Peste Porcina que afecta países del norte del Europa y que tanto preocupa a nuestras autoridades sanitarias, ya que es una seria amenaza para el sector del porcino blanco, actividad que supone el 1.4% del PIB y sostiene 1 millón de empleos, la cual acertadamente está marcando pautas de colaboración a los cazadores para que no se extienda a nuestro país, o muy recientemente el gran problema que hay en China causados por un coronavirus procedente de animales.

Tal como comentó Gerardo Pajares en las recientes Jornadas de Caza y Naturaleza de ADECANA, hoy en día, la caza se enfrenta al desafío de reajustar el contrato social, trascendiendo de su condición de actividad de esparcimiento a la de actividad colaboradora al bienestar social. Los cambios que se operan a nivel global derivados de los condiciones socioeconómicas, la crisis climática y los movimientos de personas y mercancías que entrañan graves riesgos de salud para la fauna y las persona, planteando esto serios problemas tanto la conservación de biodiversidad como para la economía y la salud humana.

Pero como nos comenta nuestro compañero Aitor Zugasti, el compromiso social de la caza, debe ser recíproco, no solo de la sociedad con la caza, sino también de los cazadores con ella. ¿Y cómo se puede llevar a efecto?

En primer lugar es necesario el compromiso público de la administración (Medio Ambiente), con la actividad cinegética, el cual en algunos sectores anticaza de la misma echamos en falta, así como de los grupos políticos que aunque mayoritariamente son favorables a la caza alguno es contrario a ella, y en segundo lugar, recíprocamente los cazadores tenemos que tener respeto y convivencia con el resto de la sociedad no cazadora, visibilizando mucho más lo bueno que hacemos a favor del campo, no solo las capturas que solo son el producto de una gestión ordenada.

Carlos Irujo Beruete.
Es presidente de ADECANA

LA LEGISLACIÓN QUE LA REGULA AMPARA ESTE PLANTEAMIENTO La cinegética, que según la Real Academia de la Lengua es “el arte de la caza”, siendo una actividad que lleva realizando el hombre desde el principio de los tiempos. Cazar responde a un instinto que surge desde lo más hondo del ser humano, es una pasión y una necesidad vital que nos ha acompañado desde la prehistoria a la existencia humana. Antiguamente la caza era el único medio, junto con la pesca, para conseguir las proteínas imprescindibles para la alimentación. Actualmente, gracias al desarrollo económico de nuestra sociedad esta necesidad ya no existe, lo que no obsta para que muchos cazadores nos alimentemos con lo que cazamos. Actualmente la Caza es una herramienta imprescindible para una correcta gestión del medio natural, a través de una gestión y explotación racional y sostenible de unos recursos naturales renovables.
El Diccionario de la Lengua Española define al deportista como la “persona que por afición, o profesionalmente practica algún deporte (actividad física, ejercida como juego o competición, cuya práctica supone entrenamiento y sujeción a normas).

El deportista se prepara o participa en las competiciones con intención de ganarlos. Los clubes deportivos que agrupan a los deportistas, tienen como fin exclusivo el fomento, la práctica o la participación en modalidades deportivas en el ámbito federado con intención de obtener títulos o trofeos.

De la comparación anterior, se deduce que los cazadores y las Sociedades Locales de Cazadores tienen fines, objetivos, actividades y funciones distintas a la de los deportistas y Clubes Deportivos, inscribiéndose las primeras en el Departamento de interior del Gobierno de Navarra en su registro de asociaciones civiles, y los segundos en el Departamento de Cultura y Deporte en su registro de entidades deportivas.

Tal como dice Miguel Iñigo, “la caza supone en algunas ocasiones un esfuerzo físico importante, pero no toda actividad humana que conlleve actividad física es un deporte”. ¿Toda actividad física es deporte? Miguel afirma rotundamente que no, “no es deporte la recolección de caracoles, setas o frutos silvestres, ni la agricultura, ni la jardinería, ni la fotografía de la naturaleza o de la fauna, etc, aunque sean actividades que en ocasiones necesiten un notable esfuerzo físico. Una persona que corte árboles o recoja leña para su hogar o por negocio no practica un deporte, pero por ejemplo si participa en una competición de aizkolaris (cortando árboles), entonces, si”

Miguel afirma que “La caza únicamente se convierte en deporte cuando se practica de forma competitiva, lo cual con los actuales planteamientos y reglamentos conlleva aspectos muy discutibles, incluso en algunos casos negativos para la caza y su imagen pública como es el cazar en el menor tiempo el mayor número posible de animales”. “Infinitamente más importante que cazar mucho es hacerlo bien y con respeto al medio ambiente. ¿Quién es el mejor cazador? ¿El que más animales caza en menos tiempo? Este será el campeón de la competición pero no tiene por que ser el mejor cazador. Son otros muchos aspectos que se deben de tener en cuenta a la hora de valorar a un cazador, no solo su capacidad física o su habilidad en el disparo, sino el respeto por el medio natural y los animales cazados, el cumplimiento estricto de la normativa, el compañerismo y el respeto con el resto de las personas que usan y disfrutan de la naturaleza. Estos valores son los que realmente tienen que ser valorados a la hora de proclamar a alguien como “Campeón de Caza”.

Este experimentado cazador opina que “En el mundo de la caza cabemos todos. Los que defendemos y practicamos una caza social, natural, sostenible y respetuosa con el medio ambiente, que en Navarra somos la mayoría y que en su mayor parte están representados por ADECANA, los que de forma legal viven y obtienen beneficios económicos de la caza, y aquellos que por su espíritu deportivo practican u organizan las competiciones de caza. Todos juntos debemos luchar y plantear un frente común, respetándonos entre nosotros, pero sin intentos de monopolización ni intentos de representación exclusiva por parte de nadie, pues cada uno tenemos nuestro ámbito de competencias y actuaciones”.

NORMATIVA APLICABLE A LA CAZA Y EL DEPORTE


La Constitución Española establece en su artículo 149 que el Estado tiene “competencia exclusiva en la legislación básica sobre protección del medio ambiente, sin perjuicio de las facultades de las Comunidades Autónomas de establecer normas adicionales de protección”. En cambio la caza y el deporte son competencia de las Comunidades Autónomas, estando reguladas la caza y la pesca en su apartado nº 11, y el deporte en su apartado 19.
Se transposición a la Legislación Navarra en la Ley Orgánica 13/1982, de 10 de agosto de Reintegración y Amejoramiento del Régimen Foral de Navarra, la cual en su artículo 50.1 B establece que “Navarra tiene competencia exclusiva sobre la caza, pesca fluvial y lacustre y acuicultura”

En ejercicio de estas competencias, el Parlamento de Navarra aprobó la Ley Foral 2/1993, de 5 de marzo, de Protección y Gestión de la Fauna Silvestre y sus Hábitats, la cual reguló los aprovechamientos de la fauna silvestre en Navarra, especialmente en lo que al ejercicio de la caza y la pesca se refiere.

Como consecuencia de todo ello y debido a que son materias diferentes, la gestión de LA CAZA se atribuye al Departamento de Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Administración Local, y EL DEPORTE al Departamento de Cultura y Deporte, en la cual y a través del Instituto de Deporte y Juventud están adscritas las diferentes federaciones entre ellas la FCN, estando esta lógicamente sujeta a la Ley Foral 15/2001 del Deporte de Navarra, que se circunscribe al ámbito competitivo de la caza deportiva.

En la actualidad la gestión de la caza está regulada en la Ley Foral 17/2005, de 22 de Diciembre, de Caza y Pesca de Navarra, la cual tiene por objeto “proteger, conservar, fomentar y ordenar el aprovechamiento de los recursos cinegéticos de la Comunidad Foral de Navarra de acuerdo con criterios de sostenibilidad y aprovechamiento social de la caza”. De los 115 artículos que contiene 113 hacen mención a la regulación de los cotos y la caza que se practica en ellos, ocupándose únicamente 2 de ellos a las competiciones deportivas y a la encargada de organizarlas.

Víctor Rafael Mascarell Mascarell Presidente de la Federación de Cazadores de la Comunidad Valenciana (FECA-CV) y miembro de la Junta Directiva de la Unión Nacional de Asociaciones de Caza (UNAC). Real de Gandía (Valencia), 01 de junio del 2019.
En mi vida como cazador he escrito sobre diferentes aspectos que envuelven al complejo universo de la «caza», entre ellos y con los títulos: «La caza debería declararse Patrimonio de la Humanidad», «La caza es cultura», «La caza no es un deporte en España», «Caza social, recreativa y sostenible», «Las especies de caza también son un patrimonio natural», «Entidades de Custodia para el Patrimonio Cinegético», etc. En alguna ocasión he escrito sobre las aportaciones que la caza proporciona al entorno de las personas que la viven: «La caza une a padres e hijos, y proporciona calidad de vida a los miembros de las familias que la comparten como afición»
http://www.adecacova.com/noticias/noticiaver.asp?nid=5
Pero nunca he escrito sobre las ventajas para la Salud que les puede aportar la práctica de la actividad de la caza a las personas que la realizan, y, en esta ocasión, lo voy hacer.

El binomio caza y salud, o salud y caza, a primera vista no encajan, o da la impresión de que son palabras opuestas. Pero sin duda la actividad de la caza puede contribuir a la salud de las personas que la practican, tanto a su bienestar físico, como mental y social, que son los tres estados con los que la Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud:

«La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades».
https://www.who.int/es/about/who-we-are/frequently-asked-questions

La OMS recomienda para adultos:

• Practicar al menos 150 minutos semanales de actividad física moderada, o al menos 75 minutos semanales de actividad física intensa, o una combinación equivalente entre actividad moderada e intensa.

• Para obtener mayores beneficios para la salud estas personas deben llegar a 300 minutos semanales de actividad física moderada, o su equivalente.

• Conviene realizar las actividades de fortalecimiento muscular 2 o más días a la semana y de tal manera que se ejerciten grandes conjuntos musculares.

• Las personas con problemas de movilidad deben practicar actividad física para mejorar su equilibrio y prevenir caídas por lo menos 3 días a la semana».

«La OMS define la actividad física como cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos, con el consiguiente consumo de energía. Ello incluye las actividades realizadas al trabajar, jugar y viajar, las tareas domésticas y las actividades recreativas.
https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/physical-activity

La expresión “actividad física” no se debería confundir con “ejercicio”, que es una subcategoría de actividad física que se planea, está estructurada, es repetitiva y tiene como objetivo mejorar o mantener uno o más componentes del estado físico.

Además del ejercicio, cualquier otra actividad física realizada en el tiempo de ocio, para desplazarse de un lugar a otro o como parte del trabajo, también es beneficiosa para la salud. La actividad física —tanto moderada como intensa— es beneficiosa para la salud».

La «actividad física» o el «ejercicio físico» que realizan los cazadores cuando practican la caza, no debe confundirse con el «deporte físico», que, como deporte, es otra subcategoría de actividad física que requiere un esfuerzo físico mucho mayor y/o una actividad física extrema de las personas o atletas que la realizan, con la finalidad de prepararse para competir y con el objetivo de participar y ganar las pruebas de las diferentes modalidades deportivas como deportistas, de las cuales se encarga de su organización oficial la Real Federación Española de Caza, y en sus respectivas autonomías las Federaciones de Caza, que se dedican a la práctica del deporte de la caza.

Pero el mundo de la caza contempla muchas vertientes vinculadas al hombre, como: la protección del medio ambiente, en lo que respecta a su contribución al mantenimiento, conservación y equilibrio poblacional de las especies que en él viven; la economía, por ser un posible motor de riqueza para las zonas rurales más desfavorecidas de la geografía; a sus raíces, al ser un nexo de unión entre el hombre y la naturaleza; a su evolución, al honrar a sus ascendientes transmitiendo a sus descendientes sus tradiciones, cultura, e idiosincrasia; a su relación social, al interactuar con otros individuos con analogía en la práctica de dicha actividad; y a su vida, al contribuir a mantener su salud a través de la actividad y ejercicio físico que le aportan su práctica, la evasión e ilusión en su realización, y la relación social con las personas de su entorno.

En los países desarrollados en los cuales la mayoría de personas viven en un entorno urbano, donde la esperanza de vida es longeva, el sedentarismo es lo que prevalece, el estrés supera al sosiego, y su entorno medio ambiental urbano no es el más saludable, las campañas hacia la sociedad, por parte de las autoridades y profesionales sanitarios, van encaminadas o dirigidas, sobre todo, a promocionar hábitos saludables para dotarla de más salud y contrarrestar todos esos factores poco saludables que forman parte de su vida.

Debido al aumento de la esperanza de vida en nuestra sociedad actual y a la falta de relevo generacional dentro del mundo de la caza, la edad de nuestros cazadores cada año es más alta. Y con la edad, lamentablemente, las personas necesitan más cuidados y mayores hábitos saludables para afrontar el sedentarismo que día tras día invade a nuestra sociedad actual. Por ello es fundamental que las personas que practican la caza, o la han practicado, lo sigan haciendo por su salud, y no pierdan la ilusión o pasión hacia ella al llegar a la edad de jubilación, por la «actividad física» que ella conlleva para su salud.

Sin duda alguna, es bien sabido que la «actividad física» moderada es sinónimo de actividad saludable, y en la actividad cinegética hay modalidades de caza en las que se realiza «ejercicio físico», pero en su mayoría se realiza «actividad física», que es lo que recomienda la OMS.

Por todo ello, animo a los cazadores a practicar la caza con nobleza, caballerosidad y sostenibilidad, ya que la caza contribuye a mejorar la salud de las personas que la practican. Por diferentes motivos: por la actividad física que su realización conlleva, lo que contribuye al bienestar físico de las personas que la practican; la ilusión y la pasión que se ejerce en un entorno natural saludable, donde la contaminación acústica y aérea es escasa y más saludable; y por el entorno social sencillo y afable, donde las preocupaciones se dejan a un lado para adentrarse hacia una forma de vida muy distinta de la que se vive en las zonas urbanas y masificadas de nuestra moderna y ajetreada vida.

Además, considero que las Administraciones Públicas deberían de implicarse, respaldar y fomentar más la caza recreativa y la actividad cinegética, con la finalidad de que las personas que la practican se den cuenta de que su práctica les aporta salud a su vida, y con el objetivo de contribuir a mejorar su calidad de vida.

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