ACONCAEX denuncia la impunidad de los furtivos en los cotos de Extremadura

La acción de los furtivos que denuncia ACONCAEX no solo se traduce en la captura de especies silvestres cinegéticas o incluso protegidas, fuera del marco legal existente, sino que además está provocando cuantiosos daños materiales en las fincas agrícolas donde desarrollan sus fechorías.

Así, es habitual en muchos cotos extremeños sufrir todos los días, da igual que sea mañana, tarde o por la noche, la visita de estos delincuentes,  quienes a bordo de potentes todo-terrenos se dedican a  perseguir a la fauna, incluso utilizando vehículos con focos luminosos de gran potencia durante las horas nocturnas.

Los daños provocados por estas correrías tanto diurnas como nocturnas no sólo se limitan a dejar las clásicas roderas en los sembrados de los campos; y es que los furtivos no dudan en adentrase a gran velocidad  en viñedos y plantaciones de olivos jóvenes, provocando el arranque de cuajo de las pequeñas plantas, así como la ruptura de los frágiles sistemas de riego por goteo que alimentan a  olivos y viñas, en definitiva, arrasando todo lo que encuentran a su paso.

La situación que los cotos están viviendo actualmente es una consecuencia directa de la falta de medios humanos con los que cuenta el SEPRONA, ya que, a modo de ejemplo, en la provincia de Badajoz, con solo 50 agentes debe cubrir toda la provincia, durante los 365 días del año; por ese motivo, ACONCAEX ha solicitado a los máximos responsables estatales del SEPRONA que refuercen con carácter urgente sus efectivos en Extremadura para proteger el Patrimonio Cinegético.

Las Sociedades de Caza que forman ACONCAEX también han remitido numerosas cartas avisando de la grave situación a la propia la Junta de Extremadura, sin que por parte de la Administración responsable del cuidado del Medio Ambiente extremeño se haya obtenido respuesta alguna, y a pesar de que los medios de comunicación se han hecho eco de ellas en numerosas ocasiones; circunstancia esta que agrava el sentimiento de indefensión de las Sociedades de Cazadores, que ven como sus responsables políticos se preocupan de preparar nuevas leyes que dificulten y encarezcan cada vez más la actividad cinegética, como la próxima para la identificación de los perros con microchips; mientras que no se aperciben de los delitos contra la fauna que causan los furtivos en los cotos de caza, haciendo estéril el trabajo y la inversión que llevamos haciendo los cazadores durante tantos años.

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