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La caza y los grandes incendios

El verano del 2015 será recordado por ser uno de los más secos de la última década en Galicia.
sábado, 07 de noviembre de 2015

  

Esa sequía que ha durado meses, ha afectado a las especies cinegéticas de forma directa, pues se ha reducido considerablemente la disponibilidad de agua en el campo y al tiempo se ha adelantado notablemente el ciclo fenológico de muchas especies vegetales. Todo ello ha provocado un cierto “desconcierto biológico”, que cada especie ha afrontado como sus genes mejor le han permitido.

Pero también han surgido factores “excepcionales” que han afectado de forma indirecta y negativa, no solo a las especies cinegéticas, sino a todas las especies de fauna. Nos referimos a las zonas en las que se han producido grandes incendios.

Ha sido la provincia de Ourense una de las más castigadas en la última parte del verano por la lacra del fuego, recordándonos situaciones que hacía unos cuantos años no se daban ya. Antes era “normal” que esta provincia tuviera 100 avisos de pequeños incendios en un día de los “calientes”, pero esa tendencia fue cambiando progresivamente y ese número de avisos diarios se fue reduciendo a cifras sorprendentemente muy bajas.

Pese a ello, lo que es indudable a la vista de los cazadores, es que ahora los incendios en Ourense se provocan a pie de las carreteras pero, con toda la intención de causar el mayor daño posible. Por eso, empieza a notarse una cierta tendencia a sufrir incendios cada vez más extensos en lo que se refiere a la superficie finalmente quemada.

Y este cambio está añadiendo aún más daño, pues el hecho de que los incendios sean tan extensos en superficie, multiplica considerablemente el daño a la fauna. Y es que solo hay que imaginarse cual puede ser el futuro de un conejo de monte cuya madriguera estuviera situada dentro del perímetro de las más de 3.000 Ha. de superficie que afectaron, en solo unos días, a los municipios Ourensanos y colindantes de Cualedro, Baltar, Trasmiras y Xinzo de Limia.

¿Qué puede comer ese conejo si está rodeado de vegetación quemada en muchos kilómetros a la redonda? ¿Dónde va a encontrar refugio? Su futuro está claro que es más bien incierto.

¿Y cual va a ser el impacto que tendrá sobre las poblaciones de jabalíes y corzos de esas zonas quemadas? Inexcusablemente se verán obligados a desplazarse muchos kilómetros hasta encontrar de nuevo “el manto verde”. Pero una vez que lleguen a ellas, empezarán a interactuar con sus congéneres allí asentados previamente, y se provocaran situaciones de estrés entre todos ellos. En definitiva, un verdadero desastre para estos animales.

Pero a pesar del desastre, no es raro escuchar a veces comentarios como que estos incendios son culpa de los ganaderos o de los cazadores. Acusaciones infundadas que solo tratan de tapar tres hechos irrefutables: La inexistencia de una prevención real, la inefectiva disuasión hacia los delincuentes incendiarios modernos y la dramática inoperancia que se produce en la gestión de los grandes incendios por parte de la Xunta de Galicia.

Así que no deberían acusar tan a la ligera a los que han sufrido directamente el horror de estos incendios. Pues tanto ganaderos como cazadores somos los primeros a los que afectan estas catástrofes, y de los que nadie se acuerda cuando hay que comprar forraje para el ganado o proporcionar grano y agua para la fauna cinegética que ha perdido sus zonas de sustento.

Realicen trabajos de prevención donde sea preciso, vigilen para que los delincuentes incendiarios no se muevan con tanta impunidad y busquen la manera de que cuando se empiece a producir un incendio de grandes dimensiones, alguien con sentido común y verdaderamente preparado, se ocupe de la gestión de los numerosos medios de extinción.

Sobre la recuperación de estas grandes zonas quemadas, hay que destacar que, a petición de la UNAC, el Programa Nacional de Desarrollo Rural contempla lo siguiente:

8.2.5.3.2. Restauración de los daños causados a los bosques por incendios
Código del tipo de operación mencionado en el marco nacional: M08.0005

Con esta operación se abordarán las siguientes actuaciones:

- Restauración de incendios mayores de 500 ha en territorio peninsular y 250 ha en territorios insulares y se desarrollen en base a una norma de medidas urgentes para paliar los daños producidos por incendios forestales que apruebe la Administración General del Estado. Esta restauración conllevará actuaciones para recuperar el potencial forestal perdido.

Entre estas actuaciones, y a título de ejemplo, se encuentran:

- Siembras de especies herbáceas, arbustivas y arbóreas.
- Manejo adecuado del ganado para control de la vegetación, durante la restauración, acompañado de actuaciones de mejora de pastos dentro de su aprovechamiento y medidas de gestión forestal sostenible.

8.2.5.3.2.5. Costes subvencionables
Se cubrirán costes de restauración del potencial forestal dañado por incendios y otros desastres naturales, entre ellos plagas y enfermedades, así como por catástrofes y sucesos derivados del cambio climático:

Otras actuaciones relevantes en la ordenación del pastoreo: acotados, cerramientos, arreglo o construcción de infraestructuras ganaderas, etc.

Acciones para la mejora de las funciones ecosistémicas: arreglo o creación de puntos de agua con interés faunístico, instalación de refugios, nidales, comederos, etc.

Antonio Mota
Secretario de UNITEGA

 

Archivado en:  UNITEGA,

 

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