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La caza, actividad ancestral que proviene desde la prehistoria donde fue la principal fuente de sustentos de nuestros antepasados, hoy en día es mucho más que un ocio que practican los cazadores, es un instrumento muy necesario para controlar las poblaciones animales, minimizar los daños que ocasionan y mejorar el hábitat natural donde se practica.

Frente a los ataques del animalismo decir que en España el colectivo de cazadores lo formamos más de 750.000 personas, frente a los contados animalistas que están en contra de la caza bien hecha. No hay más que comparar los miles de cazadores que acuden a las manifestaciones a favor de ella y cuantos acuden en su contra. La caza es mucho más práctica y necesaria para la sociedad que la errónea pretensión de humanizar a los animales, sirviendo como ejemplo lo siguiente:

En gran parte de España la caza es una actividad eminentemente social. Donde existen muchos cotos públicos cuyos titulares son los ayuntamientos, los cuales ceden su aprovechamiento a las sociedades locales donde cazan practicantes de todo tipo de edad y extracción social.

Es uno de los motores económicos de muchos pueblos de España donde para muchos ayuntamientos la caza es el mayor sustento económico para sus arcas municipales, ya sea mediante adjudicación directa a las sociedades locales o por subasta.

No solo es una actividad de ocio y búsqueda de alimento para las familias de los cazadores, sino que es un actividad totalmente necesaria para una correcta gestión del Medio Ambiente, ya sea para la mejora de los hábitats y de las especies protegidas, como para controlar los excedentes de las poblaciones de especies que ocasionan cuantiosos daños en la agricultura, como por ejemplo los conejos, los jabalíes, ciervos y corzos, los patos en los arrozales de la ribera, o las palomas torcaces.

Los cazadores no solo colaboramos para eliminar daños a la agricultura, sino que regulamos los excesos de poblaciones de jabalíes, corzos y ciervos, que ocasionan aquí cada año en España más de 15.000 accidentes por atropellos con cuantiosos daños materiales y en algunos casos personales, incluso muertes. En España se calcula que hay una población aproximada de cerca de un millón de jabalíes, extrayéndose cada año de media un 40 %, por lo que el 60% de ellos al criar siguen acumulando ejemplares al medio, y con ello acrecentando los problemas que causan. Por ello, qué pasaría si dejáramos de cazar? Una autentica debacle, ya que aumentarían exponencialmente hasta límites insospechados.

Somos el aliado necesario de las administraciones para contribuir a la lucha contra las enfermedades infectocontagiosas compartidas entre los humanos y la fauna, ocasionando algunas de ellas el contagio a ganado y en algunos casos a las personas. Ejemplos de ello son las ocasionadas por la fiebre Crimea-Congo, las desagradables y graves consecuencias de la Enfermedad de Lyme, entre otras afecciones que contagian las garrapatas, la Tuberculosis que afecta al ganado vacuno, o la Peste Porcina que afecta países del norte del Europa y que tanto preocupa a nuestras autoridades sanitarias, ya que es una seria amenaza para el sector del porcino blanco, actividad que supone el 1.4% del PIB y sostiene 1 millón de empleos, la cual acertadamente está marcando pautas de colaboración a los cazadores para que no se extienda a nuestro país, o muy recientemente el gran problema que hay en China causados por un coronavirus procedente de animales.

Tal como comentó Gerardo Pajares en las recientes Jornadas de Caza y Naturaleza de ADECANA, hoy en día, la caza se enfrenta al desafío de reajustar el contrato social, trascendiendo de su condición de actividad de esparcimiento a la de actividad colaboradora al bienestar social. Los cambios que se operan a nivel global derivados de los condiciones socioeconómicas, la crisis climática y los movimientos de personas y mercancías que entrañan graves riesgos de salud para la fauna y las persona, planteando esto serios problemas tanto la conservación de biodiversidad como para la economía y la salud humana.

Pero como nos comenta nuestro compañero Aitor Zugasti, el compromiso social de la caza, debe ser recíproco, no solo de la sociedad con la caza, sino también de los cazadores con ella. ¿Y cómo se puede llevar a efecto?

En primer lugar es necesario el compromiso público de la administración (Medio Ambiente), con la actividad cinegética, el cual en algunos sectores anticaza de la misma echamos en falta, así como de los grupos políticos que aunque mayoritariamente son favorables a la caza alguno es contrario a ella, y en segundo lugar, recíprocamente los cazadores tenemos que tener respeto y convivencia con el resto de la sociedad no cazadora, visibilizando mucho más lo bueno que hacemos a favor del campo, no solo las capturas que solo son el producto de una gestión ordenada.

Carlos Irujo Beruete.
Es presidente de ADECANA

LA LEGISLACIÓN QUE LA REGULA AMPARA ESTE PLANTEAMIENTO La cinegética, que según la Real Academia de la Lengua es “el arte de la caza”, siendo una actividad que lleva realizando el hombre desde el principio de los tiempos. Cazar responde a un instinto que surge desde lo más hondo del ser humano, es una pasión y una necesidad vital que nos ha acompañado desde la prehistoria a la existencia humana. Antiguamente la caza era el único medio, junto con la pesca, para conseguir las proteínas imprescindibles para la alimentación. Actualmente, gracias al desarrollo económico de nuestra sociedad esta necesidad ya no existe, lo que no obsta para que muchos cazadores nos alimentemos con lo que cazamos. Actualmente la Caza es una herramienta imprescindible para una correcta gestión del medio natural, a través de una gestión y explotación racional y sostenible de unos recursos naturales renovables.
El Diccionario de la Lengua Española define al deportista como la “persona que por afición, o profesionalmente practica algún deporte (actividad física, ejercida como juego o competición, cuya práctica supone entrenamiento y sujeción a normas).

El deportista se prepara o participa en las competiciones con intención de ganarlos. Los clubes deportivos que agrupan a los deportistas, tienen como fin exclusivo el fomento, la práctica o la participación en modalidades deportivas en el ámbito federado con intención de obtener títulos o trofeos.

De la comparación anterior, se deduce que los cazadores y las Sociedades Locales de Cazadores tienen fines, objetivos, actividades y funciones distintas a la de los deportistas y Clubes Deportivos, inscribiéndose las primeras en el Departamento de interior del Gobierno de Navarra en su registro de asociaciones civiles, y los segundos en el Departamento de Cultura y Deporte en su registro de entidades deportivas.

Tal como dice Miguel Iñigo, “la caza supone en algunas ocasiones un esfuerzo físico importante, pero no toda actividad humana que conlleve actividad física es un deporte”. ¿Toda actividad física es deporte? Miguel afirma rotundamente que no, “no es deporte la recolección de caracoles, setas o frutos silvestres, ni la agricultura, ni la jardinería, ni la fotografía de la naturaleza o de la fauna, etc, aunque sean actividades que en ocasiones necesiten un notable esfuerzo físico. Una persona que corte árboles o recoja leña para su hogar o por negocio no practica un deporte, pero por ejemplo si participa en una competición de aizkolaris (cortando árboles), entonces, si”

Miguel afirma que “La caza únicamente se convierte en deporte cuando se practica de forma competitiva, lo cual con los actuales planteamientos y reglamentos conlleva aspectos muy discutibles, incluso en algunos casos negativos para la caza y su imagen pública como es el cazar en el menor tiempo el mayor número posible de animales”. “Infinitamente más importante que cazar mucho es hacerlo bien y con respeto al medio ambiente. ¿Quién es el mejor cazador? ¿El que más animales caza en menos tiempo? Este será el campeón de la competición pero no tiene por que ser el mejor cazador. Son otros muchos aspectos que se deben de tener en cuenta a la hora de valorar a un cazador, no solo su capacidad física o su habilidad en el disparo, sino el respeto por el medio natural y los animales cazados, el cumplimiento estricto de la normativa, el compañerismo y el respeto con el resto de las personas que usan y disfrutan de la naturaleza. Estos valores son los que realmente tienen que ser valorados a la hora de proclamar a alguien como “Campeón de Caza”.

Este experimentado cazador opina que “En el mundo de la caza cabemos todos. Los que defendemos y practicamos una caza social, natural, sostenible y respetuosa con el medio ambiente, que en Navarra somos la mayoría y que en su mayor parte están representados por ADECANA, los que de forma legal viven y obtienen beneficios económicos de la caza, y aquellos que por su espíritu deportivo practican u organizan las competiciones de caza. Todos juntos debemos luchar y plantear un frente común, respetándonos entre nosotros, pero sin intentos de monopolización ni intentos de representación exclusiva por parte de nadie, pues cada uno tenemos nuestro ámbito de competencias y actuaciones”.

NORMATIVA APLICABLE A LA CAZA Y EL DEPORTE


La Constitución Española establece en su artículo 149 que el Estado tiene “competencia exclusiva en la legislación básica sobre protección del medio ambiente, sin perjuicio de las facultades de las Comunidades Autónomas de establecer normas adicionales de protección”. En cambio la caza y el deporte son competencia de las Comunidades Autónomas, estando reguladas la caza y la pesca en su apartado nº 11, y el deporte en su apartado 19.
Se transposición a la Legislación Navarra en la Ley Orgánica 13/1982, de 10 de agosto de Reintegración y Amejoramiento del Régimen Foral de Navarra, la cual en su artículo 50.1 B establece que “Navarra tiene competencia exclusiva sobre la caza, pesca fluvial y lacustre y acuicultura”

En ejercicio de estas competencias, el Parlamento de Navarra aprobó la Ley Foral 2/1993, de 5 de marzo, de Protección y Gestión de la Fauna Silvestre y sus Hábitats, la cual reguló los aprovechamientos de la fauna silvestre en Navarra, especialmente en lo que al ejercicio de la caza y la pesca se refiere.

Como consecuencia de todo ello y debido a que son materias diferentes, la gestión de LA CAZA se atribuye al Departamento de Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Administración Local, y EL DEPORTE al Departamento de Cultura y Deporte, en la cual y a través del Instituto de Deporte y Juventud están adscritas las diferentes federaciones entre ellas la FCN, estando esta lógicamente sujeta a la Ley Foral 15/2001 del Deporte de Navarra, que se circunscribe al ámbito competitivo de la caza deportiva.

En la actualidad la gestión de la caza está regulada en la Ley Foral 17/2005, de 22 de Diciembre, de Caza y Pesca de Navarra, la cual tiene por objeto “proteger, conservar, fomentar y ordenar el aprovechamiento de los recursos cinegéticos de la Comunidad Foral de Navarra de acuerdo con criterios de sostenibilidad y aprovechamiento social de la caza”. De los 115 artículos que contiene 113 hacen mención a la regulación de los cotos y la caza que se practica en ellos, ocupándose únicamente 2 de ellos a las competiciones deportivas y a la encargada de organizarlas.

Artículo de Opinión. Carlos Irujo Beruete. Presidente de ADECANA.
Tal como dispone la Ley de Caza y Pesca de Navarra, los Planes de Ordenación Cinegética (POC) son un instrumento a través de los cuales se analiza la situación de las poblaciones animales y de sus hábitats, estableciendo los condicionantes para su aprovechamiento, marcando los objetivos de conservación y posibilitando la sostenibilidad de los recursos cinegéticos.

A pesar de ello a ADECANA le parece muy preocupante la interpretación que hacen de la normativa algunos técnicos de Medio Ambiente y de la empresa pública Gestión Ambiental Navarra (GAN), ya que cuando les interesa hacen prevalecer los POC frente a la Orden de Vedas, y cuando les conviene hacen lo contrario. Por ejemplo, si en la Orden de Vedas el conejo se puede cazar hasta el 30 de enero, a los cotos que les interesa les prohíben vía POC el cazarlos todo este mes, pero “a sensu contrario” si los conteos realizados en primavera de perdiz les permiten cazarlas más días, mediante el ordeno y mando de una Orden Foral les obligan a hacer tabla rasa con el resto.



En los POC está dispuesto que para que la gestion de la perdiz sea sostenible se puede cazarlas cuando el número de ejemplares sea igual o superior al 50 % de la potencialidad establecida, pero a pesar de que hay cotos que superan con creces esta, en vez de premiarles dándoles algunos días más, se les castiga igualándoles con los que no llegan a estas cifras.

¿Qué van a conseguir con ello? que los únicos que con trabajo, dinero e ilusión están consiguiendo que en algunos sitios esté mejorando sus poblaciones dejen de hacerlo al desmotivarse agravando todavía más el problema.

Los estudios que el Gobierno de Navarra ha realizado de la perdiz no relacionan su declive con una caza sostenible y respetuosa, sino con la degeneración del hábitat producto del cambio agrícola y ganadero de los últimos años y su intensivismo. Y si a ello le unimos que otro de los principales problemas es el control de predadores, principalmente zorros y gatos asilvestrados, en vez de promocionarlos han empezado a denegar sus autorizaciones, agravando más el problema.



En Navarra la caza es una actividad social con una gran raigambre popular, pero a pesar de ello, a mí entender y el de muchos cazadores el Gobierno de Navarra lleva 30 años con una política equivocada. La mejor prueba que no están haciendo bien las cosas es el cada vez mayor descontento del colectivo, que está ocasionando que a pesar de que Navarra esta podría ser un paraíso para la caza cada vez hay más navarros que están cogiendo cotos en Aragón donde con un hábitat semejante, pero con una gestión mucho mejor, se les dejan cazar la perdiz muchos más días.

Eso sí, cuando la Administracion necesita a los cazadores para eliminar fauna que causa daños o es susceptible de trasmitir enfermedades, por ejemplo los jabalíes o lo conejos, todo son facilidades para exterminarlos, pero cuando se trata de aprovechamiento social de especies que no causan daños, como es el caso de la perdiz, en vez de solucionar los problemas que causan su regresión, se justifican restringiendo su caza.

A entender de ADECANA y muchos cazadores esta propuesta de limitar la caza de la perdiz a dos días es una falta de respeto a los gestores de los cotos, a los técnicos que los elaboran los POC y los guardas que las cuentan, por lo que solicitamos que en la Orden de Vedas definitiva rectifiquen y la autoricen de forma sostenible en base a los conteos que se realizan.


Carlos Irujo Beruete
DNI 15831571 G


Tras leer en un periódico navarro  el titular de la página de Caza y Pesca acerca del campeonato navarro de becadas, titulado “el mejor becadero navarro”, opino que esta no es precisamente la mejor imagen que se puede dar de los cazadores, de la Administración Foral de Navarra y de la buena gestión que se deben hacer de los espacios y especies cinegeticas.

En primer lugar quiero dejar bien claro que no tengo nada en contra de los estamentos federativos, ni del campeón, ni de los 12 deportistas de competición en la modalidad de caza que participaron, sino que mi critica es con el responsable técnico de gestión cinegética del Departamento de Medio Ambiente que haya podido dar el visto bueno para autorizar esta competición, permitiéndola en un vital reservorio para la tranquilidad de la becada, como es el coto de Ezprogui-Sabaiza, cuyo titular es el Gobierno de Navarra. Además de ello esta competición deportiva se celebró el día 8 de diciembre, y la mayor parte de Navarra estuvo varios días antes cubierta nieve y frío, lo que sin duda propició el desplazamiento a esta zona boscosa de ejemplares del norte de Navarra, con el consiguiente aumento de la afección que se pueda haber ocasionado

He de hacer mención a la incoherencia que supone es que en las reuniones de la comisión de la becada que los cazadores hemos tenido la Administración, con idéntico inicial criterio que grandes expertos nacionales e internacionales, reiteradamente se nos ha manifestado que para una correcta gestión de la becada, sobre todo cuando hay olas de frío que son vitales son necesarios una serie de lugares de reserva total de la caza de la becada, como son el Parque Natural de Urbasa y Andía, Sabaiza, los Señoríos de Erro, etc, no se permite al cazador de base el practicar en estos montes públicos de todos los navarros la caza de ocio. Esto es algo que se puede o no estar de acuerdo, aunque no parece nada malo que existan una serie de “islas” donde la becada pueda estar tranquila ante la gran presión que tiene por parte de los cazadores. Pero a la hora de la verdad, estas palabras se las lleva el viento, porque incongruentemente, cuando se solicita que se puedan celebrar allí pruebas deportivas de competición por parte de quien corresponda se vienen autorizando en estos espacios una serie de campeonatos donde unos pocos deportistas de alto nivel están abatiendo un importante número de ejemplares que a mi entender son vitales para la supervivencia de esta especie.

La caza del siglo 21 es mucho mas que el deporte que pretenden algunos que sea, y este tipo de campeonatos están dando a la ciudadanía una pésima imagen de lo debe ser un cazador conservacionista y respetuoso con el medio ambiente. A mi entender, los campeonatos de caza de especies silvestres se deberían a empezar a pensar en modificarlos para que se celebraran sin muerte, o a lo sumo con especies repobladas que no causen daño a las especies naturales. En mi opinión, y respeto al que piense lo contrario, no faltaría mas,  el mejor becadero no es el a toda velocidad mas caza en menos tiempo, este es simplemente el ganador de una competición, sino el que mas disfruta de la naturaleza llevando a cabo una gestión sostenible del territorio, cazando unas pocas becadas al año disfrutando de nuestros perros y del monte, o incluso anillándolas para aprender mas de ellas, que esto si que traslada a la ciudadanía una correcta imagen de lo que debe ser un buen cazador.

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